GANANDO AL VIRUS DEL MIEDO





EL PEOR VIRUS ES EL MIEDO AL MIEDO

Mariluz Novis
Psicóloga Sanitaria. Experta en Psicología Aeronáutica
22 marzo 2020
 La mayoría de los estudios indican que el autoaislamiento prolongado, el miedo a la infección, la frustración, el aburrimiento, la pérdida del trabajo, los problemas económicos, etc. pueden tener efectos psicológicos a medio y largo plazo que afecten a la salud mental y al bienestar.  Estos efectos son normales y suelen tener una duración limitada pudiendo provocar tristeza, ansiedad, sentimiento de indefensión, rabia, ira, abatimiento, dificultades para dormir, problemas gastrointestinales, etc. Y en caso de dificultades o patologías previas como depresión, trastorno obsesivo compulsivo, fobias, ansiedad, etc., estas pueden verse aumentadas.
También hay otros aspectos relacionados con nuestra percepción de la crisis que pueden agravar sus efectos. Estos son los llamados sesgos cognitivos.
Ante una situación nueva, cambiante, que se vive como amenazante, los seres humanos, que estamos preparados para la supervivencia, distorsionamos nuestro procesamiento mental lo que lleva a realizar juicios inexactos:

Sesgo de confirmación: Tendemos a dar como cierto aquello que pensamos previamente. Si pienso “se está muriendo mucha gente” cualquier dato que oigamos sobre el número de fallecimientos nos servirá para confirmar este pensamiento sin pensar que la probabilidad sigue siendo baja.

Sesgo de negatividad: Nos atraen más las noticias negativas. Ver o escuchar todo el tiempo noticias negativas puede darnos una falsa sensación de control, cuando por el contrario lo que hace es mantenernos en un nivel de alerta muy elevado. A día de hoy, 22 de marzo de 2020, se han recuperado 90.000 personas de las 300.000 contagiadas en todo el mundo, es decir, un 30%.


QUÉ PODEMOS HACER

1.     RELATIVIZA LOS DATOS. Pon la situación en perspectiva, dándote una prueba de realidad. En la pandemia de la peste negra (1347-1351) murieron 200.000.000 de personas. En la gripe española de 1919 murieron 50.000.000 de personas. Según la OMS por causas relacionadas con el VIH murieron 770.000 personas tan solo en 2018. El coronavirus afecta en todo el mundo a 300.000 personas a día de hoy, habiendo fallecido 13.000. Esto no es quitarle importancia a la enfermedad, ni a su capacidad de transmisión ni a la ausencia de una vacuna, es tener una visión global.


2.     CUÍDATE y sigue las medidas preventivas en su justa medida, pero no más de lo necesario. Las autoridades sanitarias nos dicen que el uso de mascarillas solo es preceptivo si estás con una persona infectada o si uno mismo puede estarlo. El exceso de medidas innecesarias de prevención puede psicológicamente dar sensación de estar en mayor riesgo del que realmente se está.

3.     DOSIFICA LA INFORMACIÓN. Evita intoxicarte. Información, la justa. Estar actualizando los datos sobre el número de positivos, la distribución por países, el número de fallecimientos, etc.  no ayuda en nada, sino que solo aumenta la hipervigilancia y retroalimenta la ansiedad

4.     FUENTES ACREDITADAS. Obtén información solo de fuentes contrastadas y fiables como de las autoridades de Sanidad. En las redes sociales corre mucha información falsa o sesgada.

5.     ENFOCA TU MENTE AL PRESENTE. Practica mindfulness, céntrate en el aquí-ahora. Trata de no anticipar lo que pasará en el futuro. Gestiona tus recursos para el día de hoy

6.     CONÉCTATE. Comunícate con tu familia, amigos, compañeros, la gente que conoces. Ocúpate de preguntarles cómo se encuentran, cómo llevan el aislamiento o la soledad, en qué puedes ayudarles. Reuniones de video llamadas pueden darte sensación de estar acompañado y puede ser divertido

7.     MANTÉN TUS RUTINAS
Levántate a la hora de cualquier día laborable o festivo. Dúchate, aséate, maquíllate, arréglate el pelo.
Elige del armario qué ropa te pondrás hoy. Arréglate como si fueses al trabajo cualquier día o tuvieses una cita fuera de casa.
El chándal solo para hacer ejercicio o estar cómodo. En pijama solo para ir a dormir

8.     HAZTE UN HORARIO. Distribuye tus actividades en tiempos: tiempo para arreglar la casa, para las comidas, para hacer ejercicio físico, leer, trabajar, ver películas o series en la TV, bailar, salir a hacer la compra.

9.     VARÍA LAS ACTIVIDADES. Los días laborales pueden ser de un tipo y los festivos de otro. En el trabajo no siempre se hacen las mismas cosas, proponte actividades distintas para cada día. No pierdas la conciencia del día de la semana y la hora del día

10.  TRABAJA CON LAS MANOS: Realiza algún trabajo manual como bricolaje, pintura, manualidades, etc.

11.  HAZ EJERCICIO. El ejercicio genera endorfinas que ahora necesitamos más que nunca. Estos días se ofrecen en las redes sociales todo tipo de actividades: gimnasia, pilates, cardio, baile, etc. Busca esas pesas que dejaste en el trastero hace tiempo. Ejercicio físico al menos una hora antes de ir a dormir para que n te reactive y te impida dormir.

12.  COME A TUS HORAS HABITUALES. Cocínate lo que te gusta sin abandonar tus hábitos saludables. Ahora que tienes más tiempo para cocinar date algún capricho de vez en cuando: un bombón, un postre.

13.  DUERME BIEN. La ansiedad y los cambios en las rutinas pueden afectar a nuestro patrón de descanso. Trata de mantener tus patrones de sueño habituales. El sueño es el mejor antídoto contra el estrés y la mejor medicina para nuestra salud mental, así como para el fortalecimiento de nuestra capacidad de resiliencia. Si duermes bien, tu día irá mucho mejor. Si decides echarte una siesta que sea breve, 20 minutos es tiempo suficiente. No vayas a la cama con el estómago lleno

14.  MENTE OCUPADA. Estos días tienes tiempo para ser creativo, para generar nuevas ideas, para proponer medidas en tu empresa o en tu actividad para cuando pase esta crisis que habrá que reestructurar.

15.  APRENDE: Aprovecha para aprender: Hay cursos a distancia de todo tipo en los que te puedes inscribir, webinars gratuitos en las redes sociales, aprende o mejora el aprendizaje de un idioma, tocar un instrumento, etc.

16.  SÉ SOLIDARIO. Hay muchas otras personas que están solas y en peores condiciones que tú: personas mayores, enfermos; niños y jóvenes que necesitan quemar su energía y están en casa sin poder salir ni jugar en el parque. Propón en tu urbanización o vecindario una red de ayuda para comprar alimentos y llevarlos a casa.

17.  BUSCA PENSAMIENTOS ARCOIRIS. En tiempos de aislamiento y preocupación es normal que nos asalten pensamientos negativos, catastrofistas que nos llevarán a sentirnos mal (tristeza, angustia, rabia, desasosiego, indefensión, culpa) y a la vez estos sentimientos nos conducirán a malos resultados y acciones (llanto, paralización, evitación). Los pensamientos no son en blanco y negro, tienen todas las tonalidades, busca aquellos que te den optimismo, realismo.

18.  CAMBIA TUS PENSAMIENTOS DISFUNCIONALES POR PENSAMIENTOS ÚTILES
Todo va a depender más de cómo percibas esta crisis que de la propia crisis en sí.
¿Acaso pensar que la crisis del coronavirus durará mucho tiempo y que tendrá consecuencias inimaginables para tu vida y tu entorno, te ayudará a sentirte mejor?
¿O pensar que hagas lo que hagas terminarás infectándote y que tú serás parte de esa minoría que no lo supera?
¿Por qué no pensar mejor que se trata de una crisis temporal, que de toda las crisis se sale y que, a veces incluso, se sale fortalecido? Practica la resiliencia: resistencia, resiliencia, recuperación.

19.  CONFINADO CON OTROS. Este aislamiento puede ser una oportunidad para conoceros, para establecer lazos más fuertes, pero también puede se generadora de estrés y ansiedad. Date permiso para ambas cosas y también para comprender que lo mismo les puede pasar a los otros. Si tenéis espacio suficiente en la casa dedicaros un tiempo para estar solos.

20.  SI TRABAJAS EN CASA.
Busca un lugar para trabajar diferente al lugar que tienes para el ocio o el descanso. Si no tienes una habitación específica para trabajar, separa al menos el espacio o la mesa. Puedes incluso ponerte una ropa para trabajar y otro para el ocio, deporte, etc.   Cumple con el horario que te hayas marcado para trabajar, pero nada más. Déjate tiempo para el descanso y el ocio

21. NORMALIDAD. Sobre todo, trata de vivir la situación con la mayor normalidad posible. Nos esperan días duros, de confinamiento y hemos de estar preparados para vivirlos de la mejor manera posible.









Entradas populares de este blog

El Modelo TEM y el análisis de un incidente

Intervención en crisis en aviación